La propuesta filosófica de Jovellanos
Charla en el Centro Municipal El Llano,
el 25 de enero de 2011,
dentro de la actividad «Filosofía aquí y ahora»,
organizada mensualmente por
José Ignacio Fernández de Castro
Lo que sigue son las notas con las que organicé la charla:
CUESTIONES CLAVE para poner de manifiesto EL PENSAMIENTO de Jovellanos:
1) ¿Cuáles son las partes de la filosofía de Jovellanos?
Toda filosofía se precia de tener al menos, para ser tal, una ONTOLOGÍA (o idea de realidad), una TEORÍA DEL CONOCIMIENTO [texto 21], una ANTROPOLOGÍA (o idea de ser humano), una ÉTICA y UNA TEORÍA POLÍTICA.
Texto 1: «Una preocupación harto común, y aun se puede decir harto funesta, ha hecho distinguir el corazón del espíritu humano, suponiendo que en aquél residen
los sentimientos y en este las ideas, como si la residencia de unos y otros fuesen diferentes. Pero ¿no es en el alma humana donde residen unos y otros? ¿No le pertenece a ella la facultad de
sentir, tan bien, tan esencialmente como la de pensar? ¿Qué digo? ¿Puede dudarse que el alma piensa porque siente y que, si el sentir y el pensar no son una misma cosa, es preciso decir que
primero siente que piensa? Y sin ahondar mucho esta cuestión metafísica, ¿se podrán separar las ideas de los sentimientos? ¿O se podrá concebir un sentimiento moral que no suponga la coexistencia
de una idea moral?» (JOVELLANOS: «Introducción a un discurso sobre la economía civil y la instrucción pública», Obras, X, pág. 899).
La mayor aportación de Jovellanos tiene que ver con su teoría ético-política y con su antropología. Pero no deja de tener una ontología y una teoría del conocimiento, que toma fundamentalmente de otras filosofías en curso. Pero lo fundamental es que todo su pensamiento se integra de un modo peculiar e irrepetible (aun cuando se dan continuas concomitancias con otros autores).
2) Vamos, pues, a su teoría ético-política (y repasemos después el resto de su sistema de ideas). ¿En qué consiste lo más esencial de su aportación Ético-Política?
Lo más esencial consiste en la propuesta que hace sobre el sistema social que persigue. Defendieron también un sistema social determinado: Platón, Aristóteles, Cicerón, San Agustín, Santo Tomás, Maquiavelo, Tomás Moro, F. Bacon, Hobbes, Descartes, Spinoza. En su tiempo, por ejemplo, Hume, A. Smith o Rousseau pueden parangonársele. (Seguramente el modelo de Jovellanos es más potente que el de éstos, pero también mucho más desconocido). Parangonable también, mutatis mutandis, al de Marx, que ha sido tan trascendente en los siglos XIX y XX.
El modelo social resulta de buscar hacer consistente (de salvar contradicciones históricas, civilizatorias y de costumbres) [texto 18] los principios de una nueva economía que los tiempos exigían, con una recapitulación y criba crítica de las leyes, con unos principios políticos basados en la superación de todo despotismo y desgobierno, con la firme convicción de que el motor más potente de todo cambio de progreso reside en la educación y dentro de un modelo civilizatorio histórico que debía tender a globalizar moralmente el mundo, bajo la idea de control pacífico mutuo y de prosperidad compartida y con un peso específico concedido a la tradición.
Texto 2: «Todo está enlazado en la política como en la naturaleza, y una sola ley, una providencia mal a propósito dictada, o imprudentemente sostenida, puede
arruinar una nación entera, así como una chispa encendida en las entrañas de la tierra produce la convulsión y horrendo estremecimiento que trastornan una inmensa porción de su superficie.»
(JOVELLANOS: «Informe de Ley Agraria», Obras, X, 432, pág. 823).
3) ¿Qué modelo económico defendía Jovellanos?
Defendía el nuevo liberalismo, que estaba empezando a introducir Adam Smith, sobre todo. Pero en el caso de Jovellanos se trataba ya de un liberalismo que debía ser paradójicamente intervenido y planificado por el Estado (siquiera fuera muchas veces con medidas negativas, es decir, retirando leyes lesivas).
Texto 3: «La industria es natural al hombre y apenas necesita otro estímulo de parte del Gobierno que la libertad de crecer y prosperar: déme usted esta libertad y
crecerá la industria hasta lo posible. Pero la ilustración fijará siempre la medida de esta posibilidad». (JOVELLANOS: «Carta sobre la industria de Asturias», en «Cartas del Viaje de Asturias
(Cartas a Ponz)», Obras completas, IX,pág 92)
4) Pasamos a una cuestión política, unida inextricablemente a la económica
¿Este liberalismo económico venía a unirse en Jovellanos al liberalismo político, que estaba a punto de nacer, a principios del siglo XIX? El liberalismo político fue cuestión de la generación de políticos que liderarían el proceso de la Constitución de Cádiz. El hecho es que todos ellos, en mayor o menor medida, tienen a Jovellanos como padre intelectual. Puede afirmarse, y se debe, que Jovellanos fue un pro-liberal. No un liberal político en sentido estricto, puesto que disentiría de alguno de sus presupuestos. Pero, en esencia, el espíritu naciente del liberalismo político tuvo que ver con un relevo de ideas entre el programa de largo alcance de Jovellanos y las urgencias reformistas de los jóvenes doceañistas.
(El concepto de liberalismo es muy utilizado, pero ha de matizarse mucho en qué sentido se utiliza: económico, político, moral… y ha de establecerse de qué liberalismo se habla del siglo XVIII-p. XIX o del siglo XIX avanzado o del neoliberalismo del XX, etc.: entonces, cambia totalmente.) (Sucede como con otros conceptos: cínico, por ejemplo. Significa hoy algo totalmente desacreditado, sin embargo en la Antigüedad eran unos personajes muy simpáticos, radicales, críticos con la cultura y austeros en su vida privada).
5) ¿Cuál es la diferencia entre el proto-liberalismo jovinista y el liberalismo doceañista?
En lo esencial pretendían el mismo tipo de cambio social. Pero el liberalismo doceañista estaba más preocupado por recorrer rápidamente el modelo de soberanista (la soberanía reside en la nación) alcanzado por la revolución francesa, mientras que Jovellanos pensaba desde su madurez (personal, política y filosófica) que era más importante establecer un cambio cuyo sistema fuera estable, duradero y moralmente afianzado. Técnicamente, Jovellanos proponía el bicameralismo frente al unicameralismo, un mayor equilibrio de poderes entre el ejecutivo y el legislativo (sin cederlo en demasía al legislativo) y una clara matización entre el concepto de soberanía y el de supremacía. Jovellanos estaba preocupado por la estabilidad y fertilidad del sistema. (La discusión de estas cuestiones está hoy plenamente vigente).
6) Pasamos al tema de la filosofía jurídica, unido al político y al político-económico.
¿Qué valor y función tienen las leyes? La ley es lo que está más allá de los poderes del ejecutivo y del legislativo. El gobierno ha de ser entendido siempre en el sentido de un imperio de la ley, donde el poder personal quede controlado absolutamente. La ley tiene varias vertientes: 1) está llamada a ser renovada perpetuamente al compás de las nuevas necesidades; 2) concede y establece derechos históricos conquistados que son el nexo entre distintas generaciones; 3) el poder legislativo y el ejecutivo pueden cambiar y remodelar las leyes positivas que tienen que ver con la gestión de los problemas presentes, pero no pueden, por encima de la supremacía de la nación, cambiar la Constitución histórica de un país. Por ejemplo, siguiendo a Jovellanos, el congreso de los Diputados no podría decidir sin más si España ha de ser una federación, una confederación o un Estado unitario.
Textos 4:«La primera calidad de la ley es la necesidad» («Informe a la Junta General de Comercio y Moneda sobre la libertad de las artes», Obras, X, pág. 512).
Texto 5:«La necesidad es casi siempre el nivel de la conducta de los hombres» («Informe a la Junta General de Comercio y Moneda sobre la libertad de las artes», Obras, X, pág. 513)]
[Texto 19: «Sean las que quieran las ideas de los hombres acerca de la moral, es innegable su influjo en la prosperidad de los Estados. […] ¿De qué
servirán las leyes sin costumbres, sin ideas ni sentimientos morales? Pero ¿acaso la moral depende de la instrucción? Sin duda. No hay moral sin principios, ni principios sin alguna especie de
instrucción.» (JOVELLANOS: «Introducción a un discurso sobre la economía civil y la instrucción pública», Obras, X, pág. 893).
7) Pasamos al tema de la idea de pueblo: puente entre la política, la legislación, la economía y la educación. Y puente entre la teoría E-P y la antropología.
¿Qué idea tiene Jovellanos de pueblo y/o de nación?
Hay un pueblo que es vulgo, que es supersticioso, que no ha desarrollado aún su capacidad de autonomía moral. Pero ningún Estado ni ningún gobierno ni ninguna ley tienen sentido sin estar al servicio del pueblo, que en tanto que colectivo político-moral conforma una nación.
Textos 6: «El bien general es la suprema razón de los gobiernos» («Informe sobre la extracción de aceites a reinos extranjeros», 1774. X, 402).
Texto 7: «El Gobierno debe desterrar de los establecimientos políticos hasta la sombra de la iniquidad» (JOVELLANOS: «Informe sobre la fundación de un Montepío en Sevilla» [en BAE, figura: «Informe sobre la fundación de un Montepío en Sevilla»], BAE, II, págs. 7-10; pág. 9b)].
8) ¿Qué derechos tiene el pueblo?
Hay ciertos derechos elementales del pueblo: ser gobernados bajo el imperio de la ley (no del despotismo) y derecho al trabajo. Y hay ciertos derechos que cabe reclamar y poner al día: igualdad de la mujer y el hombre. ¿Debe el pueblo votar, tener libertad de pensamiento y libertad de imprenta? Sí, es esencial, pero ha de hacerse bien: el pueblo ha de ser instruido.
Texto 8: «El hombre debe vivir de los productos de su trabajo. […]
De este principio se deriva el derecho que tiene todo hombre a trabajar para vivir; derecho absoluto, que abraza todas las ocupaciones útiles y tiene tanta extensión como el de vivir y conservarse.
Por consiguiente, poner límites a este derecho es defraudar la propiedad más sagrada del hombre, la más inherente a su ser, la más necesaria para su
conservación.» (JOVELLANOS: «Informe a la Junta General de Comercio y Moneda sobre la libertad de las artes», Obras, X, pág. 516)
Texto 9: «La libertad de opinar, escribir e imprimir se debe mirar como absolutamente necesaria para el progreso de las ciencias y para la instrucción de las naciones» (JOVELLANOS: «Bases para la formación de un plan general de instrucción pública», BAE, I, pág. 275).
9) Sobre la igualdad y la libertad
Antes de la instrucción y del conocimiento ¿son todos los seres humanos iguales y libres? Hay una libertad e igualdad de derecho natural (iusnaturalista) que comparten todos los hombres, como seres racionales. Pero el derecho natural ha de ser actualizado en el derecho positivo, porque aquella libertad e igualdad son potenciales (potencias naturales del hombre), son de derecho, pero no son efectivas si no toman cuerpo como cuestión de hecho. Así que «no nacemos libres e iguales» (como quería Rousseau y el pensamiento revolucionario francés) y después se nos sustraen dichos derechos, sino que nacemos para ser libres e iguales, y ello no es un hecho si no es a través de leyes y un ejercicio efectivo de las libertades y de las igualdades. De hecho, más bien nacemos diferentes y en muchos casos sin libertad.
Textos 10: «La igualdad, que es el primer objeto recomendado por la justicia, se debe buscar en dos puntos: 1º, que todos contribuyan sin ninguna excepción como está declarado en las leyes alfonsinas y en las Cortes de Guadalajara, y como dictan la equidad y la razón, puesto que tratándose del bien general, ninguna clase, ningún individuo podrá eximirse con justicia de concurrir a él; 2º, que todos contribuyan con proporción a sus facultades, porque no se puede ni debe esperar tanto del pobre como del rico, y si la utilidad de tales obras es de influencia general y extensiva a todas las clases, está claro que aquellos individuos reportarán utilidad mayor que gozan de mayor fortuna, y que deben contribuir conforme a ella.» (JOVELLANOS: «Informe de Ley Agraria», Obras, X, 420, págs. 818-819).
Texto 11: «Diráse que la necesidad de la educación es siempre mayor respecto de las familias pudientes, porque las que no lo son, destinadas a las artes prácticas, no aspiran a ninguna especie de instrucción teórica, o poque la instrucción se deriva siempre y difunde desde las clases altas a las medianas e ínfimas. Todo esto es cierto; pero un establecimiento limitado las excluye a todas; y todas tienen derecho a ser instruidas. Le tienen, porque la instrucción es para todas un medio de adelantamiento, de perfección y de felicidad; y le tienen, porque si la prosperidad del cuerpo social está siempre, como hemos probado, en razón de la instrucción de sus miembros, la deuda de la sociedad hacia ellos será igual para todas y se extenderá a la universalidad de sus individuos. Aun se puede decir que esta deuda crece en razón inversa de las facultades de las familias, pues que al fin, sobre poseer siempre mayor grado de instrucción las que son ricas, tienen en sí mismas los medios de adquirir la que les faltare, dotando ayos y maestros, y empleando los arbitrios y recursos necesarios para ello, mientras tanto que los pobres carecen de todo, y sólo los pueden esperar del Gobierno.» (JOVELLANOS: «Memoria sobre la educación pública o sea tratado teórico-práctico de enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños», BAE, I, pág. 234).
Texto 12: «Mi ánimo es solamente demostrar que [los colegios] son un medio insuficiente para promover la instrucción pública, y que este importante objeto
será más bien y completamente alcanzado por medio de una institución en que la enseñanza sea libre, abierta y gratuita.» (JOVELLANOS: «Memoria sobre la educación pública o sea tratado
teórico-práctico de enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños», BAE, I, pág. 235).
10) ¿Cómo nos volvemos libres e iguales?
El ser humano alcanza su verdadera dimensión cuando con la instrucción conoce lo que es mejor para su vida (y lo elige libremente) y cuando florece humanamente (y adquiere la igualdad).
11) Libertad e igualdad e imperio de la ley
¿Depende sólo del hombre individual su libertad e igualdad o además ha de intervenir el Estado? La instrucción y la maduración no se alcanzan si no es a través de un orden político que lo favorezca y de unas leyes que lo estabilicen. Así pues, es bajo el imperio de la ley como pasamos a tener libertades e igualdad efectiva de carácter jurídico.
Su ejercicio es el que realmente desarrolla esta igualdad y libertad. No valen los delirios de las teorías políticas que afirman que la libertad y la igualdad jurídica la tenemos y nos la quitan. Lo que tenemos es la facultad para ser libres e iguales, esto es, tenemos la disposición natural para ello, lo somos por naturaleza, pero es una naturaleza preter-histórica, que ha de hacerse efectiva en los sistemas políticos reales de la historia.
12) Relación entre la educación y la política y la economía y el progreso material y moral
¿Tienen la instrucción y la educación otras funciones que las de redimir al hombre de su estado de «alienación» histórica y política?
La educación, además de ser una empresa humanizadora, es un desiderátum histórico necesario para que la economía política, la prosperidad, la felicidad y el progreso material y moral funcionen con el máximo de potencia. La educación es el verdadero motor de la buena política económica y de la mejora general de las costumbres. (¿Se equivocaba en esto Jovellanos?).
Texto 13 «[…] son muchos (y con estos hablaremos ahora) los que no miran la instrucción como perteneciente a la educación; que llaman bien educado, no al
joven que ha adquirido conocimientos útiles, sino al que se ha instruido en las fórmulas del trato social y en las reglas de lo que llaman buena crianza, y tachan de mal educado a todo el que no
las observa, por más que esté adornado de mucha y buena instrucción. Sin duda que estas reglas y estas fórmulas pertenecen a la educación; pero ¡pobre país el que las cifrare en ellas! Hombres
inútiles y livianos devorarán su sustancia. La urbanidad es un bello barniz de la insrucción y su mejor ornamento; pero sin la instrucción es nada, es sólo apariencia. La urbanidad dora la
estatua, la educación la forma.» (JOVELLANOS: «Memoria sobre la educación pública o sea tratado teórico-práctico de enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños», BAE, I, pág.
232).
13) ¿Cuál es el valor y la función de la historia? El ser humano es esencialmente histórico y social. No ha habido un hombre individual capaz de vivir fuera de la sociedad (salvo si religiosamente nos remontamos al Edén, pero eso es otro plano de la realidad…). Las sociedades han ido madurando progresivamente, desde las sociedades primitivas a las sociedades civilizadas.
14) ¿Qué es la civilización?
Es la línea de progreso material y sobre todo moral que le es dado alcanzar al hombre y al conjunto de los estados de la tierra. La línea más evidente civilizatoria es la que se ha construido desde hace siglos en torno a los valores cristianos. Estos valores, que son los de la racionalidad, habrán de ir extendiéndose al resto del globo.
15) ¿Y la ontología que envuelve al hombre y a la historia?
El origen de la moral debe ser sobrenatural, esencialmente bueno y eternamente constante…
16) ¿Qué ontología, qué metafísica?
Ontología o metafísica: Arte de pensar (parte de la Lógica, junto a la dialéctica): su objeto discernir la naturaleza abstracta de los entes. El análisis lógico de las ideas que se refieren a los mismos entes no puede dejar de mirarse como parte del estudio ontológico, y su principal fundamento. Pertenece al mismo estudio la física especulativa; porque teniendo por objeto el conocimiento de la esencia y atributos de los entes reales considerados en abstracto, forma verdaderamente otro ramo ontológico.
[Vidal Peña: por Ontología entenderemos el examen de aquellos principios más generales acerca de la estructura de la realidad, y no el examen de las “realidades” sustanciales, metafísicas.]
17) ¿Y la teoría del conocimiento?
Unión y entrelazamiento total del sentir (sentimientos) y el pensar (ideas). A su lado, otra facultad, la voluntad (querer y repugnar). Las tres son facultades (operaciones) del alma, que es una sustancia simple e indivisible.
18) ¿Qué lugar y valor da Jovellanos a la estética?
La estética es la quintaesencia del ser humano. La estética nos pone en contacto con lo bello y sublime, y nos hace posible el arte, verdadero tesoro humano. La estética viene a confluir de modo natural con la religión y con la ética. Es como si los sentimientos estéticos, religiosos y éticos se confundieran en aquel que los ha desarrollado bien. De hecho, visto desde este ángulo, la religiosidad de Jovellanos transita del teísmo (dios personal) a un deísmo (dios racional) en cuanto el enfoque es más estético que pastoral. Las capacidades estéticas del hombre le acercan al culmen al que parece llamado el hombre, y son una prueba de la unión de la razón y el sentimiento.
Texto 14: Reflexiones sobre la Ética: «…las verdades de esta sublime ciencia [la ética, que se divide en una moral religiosa (dogmática) y una moral política] son sentimentales. El hombre no sólo las ve con su espíritu, sino que, por decirlo así, las toca con su corazón, que se sienten al paso que se perciben; tal es su belleza, que no puede descubrirlas sin enamorarse de su hermosura. Este carácter, al mismo tiempo que hace dulce y agradable su estudio, le hace también provechoso; es imposible adelantar en él sin acercarse a la felicidad, este objeto de todos los votos, este término de todos los trabajos del hombre. […] Todas las ciencias tienen por objeto las causas eficientes que obran sobre la naturaleza, pero la moral busca sus causas finales y se ocupa enteramente en ella. […] Ella [la ciencia de la ética o de la moral] es la que penetra este orden admirable que enlaza el universo: ella la que columbra el lugar señalado al ser humano en este orden; ella la que se eleva por su contemplación hasta el omnipotente arquitecto que le formó; ella, en fin, la que, descendiendo de aquella sublime altura, baja enriquecida con el conocimiento del gran fin para que fue formada tan grande obra. En este fin se reconoce, en este fin ve todas las relaciones que le unen con su autor y la naturaleza y en el él bebe los principios de la moral civil y religiosa.»
«[…] Una filosofía presuntuosa abrazando un universo sin autor y sin causa ha podido soñar un orden sin designio y sin fin. Desde entonces renunció a toda moralidad y rompió todos los vínculos de nuestros deberes. Desde entonces desconoció todas las relaciones de los seres y abandonó su conducta a la ciega casualidad. Si alguna vez, temiendo la confusión que amenazaba este abandono, quiso levantar un sistema moral, se atrevió a sentarla sobre el interés e hizo de él el único moderador de las acciones humanas. Desde entonces confundió la justicia con la utilidad, soltó al albedrío del hombre todas las riendas y le dejó correr desenfrenado doquiera que el placer le llamase. Desde entonces, el apetito se entronizó sobre la razón y los vicios ocuparon el lugar de las virtudes y la fuerza usurpó a la justicia el imperio del mundo.»
19) ¿Y los dogmas religiosos?
El dogma es, sin disputa, revelado, pues la mayor parte de sus artículos son misterios; el cristiano debe creerlos y someterse a ellos. En el momento en que ose someterlos al criterio de su razón, ofenderá la santidad de su carácter. Al lado de las ciencias de razón, tenemos las ciencias de autoridad, a las que no conviene el espíritu de investigación de discusión y de sutileza. El Evangelio ya consigna los dogmas y la moral que dio a la Iglesia.
20) ¿Qué función tiene la religión cristiana?
En la religión cristiana se reúnen los más valiosos valores de la humanidad, de ahí que sea importante que la religión cumpla su función espiritual y no se entrometa en los problemas del poder político. En las cuestiones temporales tiene primacía el poder político sobre el religioso, así lo atestiguan las leyes pasadas (salvo que se hayan corrompido o falseado). La religión descubre una serie de valores que nos pone en contacto con lo que hay de trascendente en la realidad: Dios, creador y fin último trasmundano.
21) ¿Era Jovellanos católico?
Jovellanos practicó efectivamente el catolicismo, como cristianismo efectivo en España. Siguió sus ritos, sacramentos y su devoción, aunque fue muy crítico con el ejercicio inapropiado de los fines de la religión, en cuanto trasmisora de prejuicios y supersticiones, en cuanto desequilibradora de la economía nacional (hay demasía de monjas y frailes).
Defendió las llamadas posiciones del jansenismo español: fundamentalmente, la oposición al desmedido poder papal en asuntos de Estado y de la administración de los bienes, civiles antes que religiosos; también, reformas en los estudios eclesiásticos, modernizándola en la línea de la teología protestante. (Pistoia. Galicanismo. Jansenismo). Su Informe sobre la ley agraria estuvo censurado por el índice eclesiástico más de un siglo. Durante el siglo XIX sus ideas fueron duramente criticadas por los defensores del ultramontanismo (Presbítero Miguel Sánchez). Jovellanos fue católico, pero quiso cambiar el catolicismo en un sentido más centrado hacia el modelo protestante.
Texto 15: «Los mayorazgos y los monasterios e iglesias son casi los únicos propietarios de Asturias. El primer inconveniente que resulta de aquí es la falta de
circulación en las tierras, sin la cual no florcerá jamás su cultivo en ninguna provincia.» (JOVELLANOS: «Carta sobre la agricultura y propiedades de Asturias», en «Cartas del Viaje
de Asturias (Cartas a Ponz)», Obras completas, IX.págs. 73-86.)
22) ¿Cómo se une la dimensión religiosa del hombre, que engloba al conjunto de los hombres preter-históricamente y desde la trascendencia, con su dimensión histórica y su proyecto de progreso en la tierra?
Según Jovellanos, el hombre tendría la responsabilidad de desarrollar todas sus potencialidades a través de la historia y hacerlas coincidir así con su destino ultramundano. No sólo el hombre particular sino también el género humano están llamados al progreso moral que les eleve a su verdadero designio. Es como si la salvación fuera además de una tarea individual también colectiva; y como si además de ser trascendente tuviera que ser también redentora de este mundo. De ahí que a la historia haya que insuflarle un sentido teleológico de progreso, que en todo caso no es una predeterminación, sino una obra en la que hay que empeñarse.
SSC
25 de enero de 2011
Inédito