Por qué leer filosofía
Antología de textos filosóficos
Juan David García Bacca
Edición de Carlos Beorlegui y Roberto Aretxaga Burgos, Ed. Tecnos, Madrid, 2014, 382 páginas
Contra lo habitualmente asumido, Castoriadis dice que el hombre lo que quiere no es "saber" sino "creer". También el economista Gunnar Myrdal se pronuncia en sentido similar: "En general, los hombres no quieren que se les enseñe a pensar bien; prefieren que se les diga qué han de creer". Si esto fuera así, a la filosofía no le quedaría otra, de todos modos, que continuar con su tarea intemporal: seguir trabajando para que el creer no prospere por encima del saber, o diciéndolo con Nietzsche en una de sus punzantes sentencias, pues "La tarea de la filosofía es hacer daño a la necedad".
En algún lugar de los mundos posibles, un hipotético lector después de su dosis de novelas en torrente proceloso echa en falta ahora el remanso reflexivo del ensayo, pero todavía no sabe qué leer. Tiene ante sí cuatro libros de reciente edición y antes de desecharlos, quizá, y seguir buscando, reflexiona de este modo:
"Temor y Temblor", de Kierkegaard, alma atormentada que, en el siglo que trama la muerte del Sumo Hacedor, creyéndose un elegido sacrifica su vida amorosa como un experimento de nueva demostración de la existencia de Dios (contagiado del ejemplo de Abraham dispuesto a inmolar a su único hijo, Isaac)... es siempre una lectura segura: para comprobar qué hay tras el esfuerzo existencialista que busca autoafirmarse y que insatisfecho con la estética y la ética solo se sacia en la religión.
Ojea ahora "Escritos de dinámica", de Leibniz, lectura recomendable para tomar conciencia del estrecho entreverado de la razón científica y la filosófica, en un siglo dedicado a modelar el ideal de ciencia moderna, que junto a la mecánica de Galileo y Descartes, ve ahora nacer una de sus derivas, la dinámica, encargada de ampliar el mecanicismo cartesiano hecho de pura extensión y puro movimiento, al advertir la necesidad de la fuerza, como principio natural primigenio.
Por si acaso hojea también "Machiavelo en España y Latinoamérica", once revisiones sobre la recepción del maquiavelismo en la cultura hispánica, y entrevé que personajes como Vitoria, Suárez, Quevedo, Saavedra Fajardo, Gracián o Eximeno se han percatado de la distancia entre la moral y la virtud política, pero bajo las coordenadas de la monarquía católica que imprimieron los Austrias trenzan su posición filosófica o ideológica reivindicando un específico afán de estricta virtud cristiana, aunque sin dejar de reconocer la imperiosidad del poder político..., paradoja que el autor del "Buscón" expresará así: "La hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política".
Manosea ahora una "Antología de textos filosóficos", de Juan David García Bacca (1901-1992), exiliado español, navarro y republicano, nacionalizado venezolano. Recordando que la filosofía española no ha estado a la altura de su tradición artística o literaria, y después de considerar que en el siglo XX ha habido un esbozo de renacimiento filosófico español, a falta de ser consolidado y bajo el riesgo de ser desperdiciado, ignorándolo... se dispone a darle una oportunidad a ese autor educado en el neotomismo, que maduró con el vitalismo historicista y la hermenéutica, influido por Heidegger, Ortega y A. Machado, para acabar formulando una filosofía cada vez más personal, modelada sobre la idea de lo transfinito, tomado del matemático Cantor, con el fin de indagar en los pliegues del ser humano, radicalmente prometeico, esto es con capacidad de robar el fuego a los dioses... filósofo que frente al ateísmo de G. Bueno, Albiac, Sádaba, Gómez Pin o Savater, se sitúa en la ladera creyente de Zubiri o Marina pero aquilatando un dios tan estilizado que ni Tomás de Aquino, ni Duns Escoto ni Okham ni fray Zeferino darían por válido. Filósofo del exilio verdaderamente pujante que, bajo el aliento de Marx, se atreve con una crítica de la razón económica y con el "Elogio de la técnica" (1968).
¿Por qué leer filosofía? Quizá porque junto a las emociones timbradas por la literatura y el arte, y satisfecha el hambre científica, el afán de ampliar la esfera del mundo y el propósito de no detener la razón ante ningún chantaje, nos impulsan a seguir buscando... siempre..., insatisfechos de saber.
Silverio Sánchez Corredera
«Por qué leer filosofía» se publicó en La Nueva España,Cultura nº 1097, pág. 7, Oviedo, jueves, 13 de junio de 2015.